Defender el Entusiasmo



Venezuela ha caído en una espiral de resentimientos que parece no tener fin: Exclusión que engendró soberbia, soberbia que engendró controles draconianos, altos precios petroleros que engendraron afán de riqueza fácil, afán de riqueza fácil que engendró delincuencia y corrupción, delincuencia que engendró inseguridad, corrupción que engendró negligencia, negligencia que engendra colapso en los servicios, controles draconianos y colapso en los servicios que engendran improductividad, improductividad que agravada con bajos precios petroleros engendra escasez y especulación que engendra inflación, escasez e inflación que engendran hambre, hambre que engendra exclusión...

Unos resentimientos han creado otros, esos otros crean nuevos, así hasta que el "ojo por ojo" nos deje ciegos, como dijo Gandhi. Peor todavía es que, no conformes con el bullying al que los cálculos perversos del poder nos ha sometido, nuestros mismos resentimientos nos sometan al peligrosísimo bullying del autosaboteo. El no poder (o creer que no podemos) cambiar la actual situación, nos hace dejarle todo a las circunstancias, creyendo que mientras peor se pongan (o luzcan) TODAS las cosas, el poder perverso caerá solito.

Sufrí en carne propia ese autosaboteo nacional el año pasado al desarrollar mi campaña #VenezuelaDateAValer. Cuando lancé la serie de billetes con venezolanos brillantes que la están partiendo en el mundo, no se hicieron esperar las objeciones: "Todos están fuera del país" "Fulana ni siquiera se considera venezolana" "Mengana es lesbiana" "Sutano le pega a las mujeres" "Perencejo es un estafador" "Esos son unos maricos perdedores" "Este es un chavista de clóset" "Aquel mongólico se aprovecha de su condición para hacer dinero" "Tú lo que estás es vendiendo tus talleres y tus servicios". Cuando lancé la serie de ciudades, intentando revertir lo negativo que se dice sobre cada una de ellas, el asunto se enardeció infinitamente más, llegando a los extremos de las ofensas personales y los ataques sistemáticos contra mi proyecto Date a Valer. Tan traumado quedé de esta experiencia que se me quitaron las ganas de continuarla, y ahora soy súper cauto con los detalles de mi vida privada evitando exponer a mi familia.

Ahora la nueva víctima del autobullying colectivo es Sumito Estévez, solo por tuitear que "Margarita está más bella que nunca", condenando el empeño de algunos por condenar a la isla al desahucio definitivo. Este incidente que a él lo posicionó en los trending topics, y que a mí me ha motivado a escribir este artículo, evidencia que como país tenemos muchísimas cosas por revisar y sanar. Cada día más, cada día más profundas.

No conozco la isla de Margarita (a mis 31 años aún ni la he pisado por primera vez). Tampoco soy amigo personal de Sumito Estévez, y él tampoco sabe de mi existencia. Mi objetivo no es defender ni a Margarita ni a Sumito. Tampoco se trata de negar las calamidades porque aquí están, abofeteándonos segundo a segundo. Más bien es justo lo contrario, las calamidades niegan a mi país. No existe tal "antivenezolanidad", ni existe el "buen ciudadano" o el "mal ciudadano". En esto sí soy ultraradical: O eres ciudadano o no lo eres. Lo que es malo no es venezolano. Punto.

Mi causa es defender el espíritu, el alma, la esencia de Venezuela, la verdadera Venezuela. ¡La única Venezuela! Venezuela son esas chamas Sub-17 que la van a partir en Jordania, y esas chamas Sub-20 que la van a partir en Papúa Nueva Guinea. Venezuela es Yulimar Rojas que la partió en Portland. Venezuela es Alan Matheus, el carajito que la partió frente a Ricky Martin, Laura Pausini y Alejandro Sanz en el programa La Banda. Venezuela es Sumito Estévez partiéndola en un fogón margariteño, e Ivette Franchi partiéndola en un fogón zuliano. Venezuela es Rafael Reif partiéndola como Rector del MIT. Venezuela es Evelyn Miralles partiéndola en el laboratorio de realidad virtual de la NASA. Venezuela es un chamo maracucho llamado Anthony Frassino que la está partiendo con una visión nada utópica de lo que será Latinoamérica dentro de 20 años. Venezuela es ese verguero de community managers que la parten atreviéndose con iniciativas disruptivas y así dándole clases de marketing 2.0 a los argentinos, colombianos, panameños y ecuatorianos. Venezuela es Verónica Ruiz del Vizo que la va a partir en Harvard. Venezuela es mi libro Date a Valer que la va a partir en el planeta entero.

Igual de criminal que el bullying que nos hace el gobierno con sus acciones, es el que nos hacen los amargados (desde todos los bandos políticos) con sus palabras. De Sumito rescato el criterio de que será imposible reconstruir a Venezuela sin antes reconstruir su autoestima. El trabajo de Branding que nos tocará emprender una vez hayamos defenestrado al enemigo, es tan titánico y delicado como educar a un niño: Si de plano pasas todo el tiempo diciéndole a ese niño "eres un perdedor" "eres un fracasado" "solo traes problemas y más problemas" "eres un bueno para nada" "no sabes hacer nada" "no sirves para nada", ¿cuál crees que sea la convicción que tendrá ese niño sobre sí mismo? ¡Lo mismo con el país!

Por eso no solo repetiré hasta el cansancio como Sumito "Margarita está más bella que nunca", sino que gritaré millones de veces hasta el delirio "VENEZUELA ESTÁ MÁS BELLA QUE NUNCA". A mi país no lo van a desahuciar. A mi país no lo vamos a desahuciar. No lo vamos a terminar de hundir en el sórdido hoyo de la inconsciencia. Tenemos que ser exactamente lo opuesto del enemigo: Si quiere derrotarnos con vagancia, tenemos que derrotarlo con Trabajo. Si quiere derrotarnos con odio o indolencia, tenemos que derrotarlo con Amor. Si quiere derrotarnos con derrotismo, tenemos que derrotarlo con Entusiasmo. Nuestra más efectiva rebeldía es ser todo lo que el enemigo detesta que seamos.

Venezuela es un país inteligente, Venezuela es un país capaz, Venezuela es un país audaz, Venezuela es un país brillante, Venezuela es un país triunfador, Venezuela es una potencia que el mundo va a tener que respetar. Se lo diré hasta que se lo crea y hasta que por fin se dé a Valer.

Comentarios

  1. Defender el entusiasmo, defender la alegría de vivir en un extraordinario país llamado Venezuela y en el cual estoy orgullosa de vivir. Suscribo cada una de sus palabras y aunque en su campaña personal por un mejor país, griten voces agoreras que quieran apabullarlo, sepa que yo también desde mi ámbito de acción, quiero una República de ciudadanos. El camino es arduo de transitar, pero es el único que conozco. Seguir viviendo con entusiasmo, continuar trabajando sin cesar, dejando a un lado las apetencias personales, es una de las formas que he hallado para no dejarme arropar por la crisis social, política, económica y ética-moral (la más grave). Desde esta trinchera, mi saludo respetuoso.

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    1. Muchas Gracias Thairy. Tenemos que unir todas nuestras buenas energías e intenciones en una sola invencible. ¡Los buenos tenemos que ser muchos más! Si seguimos Luchando, seguimos Triunfando. Mi saludo respetuoso para ti.

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  2. Manuel, este artículo me generó apreciaciones encontradas.

    Comparto plenamente que no nos podemos dejar por el derrotismo y que sanar nuestra autoestima es clave para salir adelante. Yo digo que somos más los buenos que los malos, sólo que hacemos menos ruido. Tu propuesta de branding, todos los ejemplos que diste de venezolanos que la parten, son ruido del que necesitamos. De igual forma, estoy de acuerdo con que o eres un ciudadano o no lo eres.

    Me permito expresarte un punto en el que difiero. Yo no siento que Venezuela esté más bella que nunca; creo incluso que afirmaciones como esas -más que ayudar- terminan siendo un comodín, como lo ha sido por ejemplo "somos el país más rico del mundo", hasta que el precio del petróleo cayó. En mi opinión, una de las causas de nuestro caos tiene que ver con un gran ego, esa idea de ser los más bravos por temas que se dan por sentado como los recursos naturales: playas más bellas, clima más perfecto, salto más alto, reservas de petróleo más grandes, formaciones más antiguas. Mujeres más bellas, teleférico más alto, cacao más delicioso. Ese más es maravilloso pero a la vez, nuestro gran enemigo. En ocasiones, pareciera ser suficiente para sentirnos afortunados y sabernos merecedores de todo.

    Me pareció realmente acertado que usaras la palabra entusiasmo y que luego, remataras con algo para repetir también hasta el cansancio: "a la vagancia tenemos que derrotarla con trabajo". Tus iniciativas criticadas por quien vive en la queja recreativa (eso de agregar valor no se les da muy bien), las de Sumito en Margarita -con el trabajo de hormiguita que está haciendo-, los logros de la lista de gente que mencionaste y de otros -que insisto, somos más-, estoy segura de que tienen en común mucha dedicación en horas, trabajo duro, consistencia, fracasos y errores, críticas, pero sobre todo la convicción de que la excelencia no es tema de belleza o gracia divina, si no de echarle pichón a pesar de las circunstancias y de un entorno que sabotea y agrede constantemente.

    Describiste el autosaboteo perfectamente. Creo que nos ha pasado a todos los que queremos construir un país diferente, estemos donde estemos. En mi trabajo encuentro todo el tiempo respuestas del tipo "acostúmbrate porque lo clientes son así", "aún te sorprende ese comportamiento", "ya deberías estar acostumbrada". Yo me niego a hacerlo y apuesto por en mi pequeñísimo entorno, hacer lo necesario para no acostumbrarme y ojalá ir contagiando a otros para no creernos tan centro del mundo y en las acciones cotidianas hacernos más ciudadanos. Esa es mi forma de ver el entusiasmo.

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    1. Hola MaFer. Wow, me has dejado una opinión súper sustanciosa que requiere ser tratada parte por parte. Ante todo te agradezco por el valioso tiempo que invertiste leyendo y escribiendo.

      "Yo digo que somos más los buenos que los malos, solo que hacemos menos ruido". Más de acuerdo contigo, imposible. Estamos frente a una élite gobiernera que –aún con su credibilidad en el subsuelo– sigue teniendo una monstruosa y muy bien asesorada maquinaria comunicacional que no puede ser subestimada. El problema es en realidad dos problemas: 1) ¿Qué estamos haciendo los buenos comunicacionalmente para contrarrestar esa maquinaria? He aquí donde radica la importancia de mi trabajo y el de muchísimos colegas demasiado talentosos, que estamos haciendo nuestros esfuerzos por recordarle a este país lo que es y lo que se merece, pero esos esfuerzos siguen siendo dispersos, unos más visibles y reconocidos que otros, y no hay una coordinación estratégica que los haga más contundentes y efectivos. Esto es importante sobre todo en estos días que se han posicionado trending topics contra Colgate, Firestone, Pirelli, Johnson & Johnson, con el claro objetivo de diezmar moralmente la poca empresa privada que todavía guapea en este país. 2) ¿Quién gana alimentando el pesimismo? El amarillismo de muchos medios independientes que buscan elevar su tráfico y con él las impresiones de sus banners publicitarios cueste lo que cueste. Además que, por desgracia, la tendencia natural apunta mucho más a viralizar lo negativo que lo positivo.

      Sobre tu diferencia: Fíjate que escribí "Venezuela está más bella que nunca", no "Venezuela es el país más bello del mundo". Tienes razón, el chauvinismo nos ha hecho mucho daño, creer que todo nos cae por la gracia de Dios porque estamos bendecidos y escarchados lo único que logra es enchinchorrarnos en nuestra zona de confort. Nos jactamos de muchas cosas por fuera, mientras por dentro las maltratamos (te pongo un ejemplo del tan cacareado "regionalismo" zuliano: Si de verdad amáramos el legado del Dr. Humberto Fernández Morán, sus notas científicas no estuvieran deterioradas por el moho y las ratas en algún depósito de la Facultad de Medicina de LUZ). Por otro lado, como lo plasmo en dos de los siete principios de mi filosofía y mi libro "Date a Valer": Todas las Marcas son grandes, y todas las Marcas son importantes. Ningún país es mejor ni peor que los otros, Venezuela tiene lo suyo, así como Colombia tiene sus encantos, Brasil, México, Argentina, Estados Unidos, y así. El mundo será un lugar más feliz mientras más valore, disfrute y aprenda de cada cultura.

      La lucha es mantenernos resilientes, no dejarnos cambiar aunque el entorno externo sea cada día más hostil y las voces externas cada vez más pesimistas, mantener nuestra paciencia, concentrarnos en los proyectos y logros que hagan más próspero, justo y humano el "metro x metro" de cada quien, para que multiplicando millones de "metro x metro" tengamos el país y el planeta que queremos. Nadie dijo que fuese fácil y tampoco tiene porqué serlo. Si nuestras acciones cotidianas son coherentes con lo que pensamos y decimos, nuestro ejemplo marcará la pauta.

      Saludos :)

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    2. Hola! Gracias también por el tiempo para responderme. Es super chévere encontrar gente que está en la misma página, queriendo construir. Un gusto tener esta pequeña conversación contigo, especialmente porque tener otros puntos de vista enriquece muchísimo, más aún cuando de fondo, tenemos el mismo objetivo común.

      Me tomo muy en serio tu post y respuesta, estoy segura de que los leeré más de una vez. Me hicieron reflexionar un montón; se siente muy bien poder plantear puntos de vista desde construir y no desde las diferencias y defender nuestras verdades.

      Agradecida y dispuesta para cualquier idea que signifique sumar.

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    3. ¡El gusto siempre mío, MaFer! A la orden por aquí y donde sea.

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  3. Hola Manuel me siento totalmente identificado con tu artículo y buscaré tu libro. Yo soy un venezolano que se fue y luego de más de doce años "dando vueltas por el mundo " regresé a Venezuela porque entendí que yo pertenecía a ésta tierra y podía hacer más por ella desde Valencia que desde München. Noté que el venezolano tenía un autoestima muy por debajo a el que recordaba y me planteé hacer un activismo concreto en favor de la gente y las comunidades a través del ciclismo urbano. En Alemania es fácil deprimirte, estar solo, clima oscuro y frío, etc pero cuando agarraba la bicicleta todo cambiaba. Estoy convencido que la bicicleta es una herramienta cívica, medio de transporte, que te hace más feliz y mirar a tu entorno a pedal disfruta mucho más y comienzas a ver otra aspecto de tus calles y de tu ciudad. Mucha gente se ha acercado a nuestras actividades pero constantemente vienen críticas que son parte del bajo autoestima que tenemos que nada se puede etc. Hay que atreverse a romper paradigmas por el bien de los demás. Aunque hay críticas hemos logrado que la Alcaldía de Valencia evalue las ciclovías y demás infraestructura. Aunque estamos en pañales si se que la bici es un ejercicio al esfuerzo, calidad de vida, aprender a ver las cosas positivas y maravillosas que tenemos alrededor. Desde que inicié Ciclistas Urbanos de Carabobo he visto mucha gente cambiar si logramos este proyecto modificarlo e integrarlo a las Politicas Públicas será muy eficaz para nuestra población. Y mejorara la movilidad ,salud publica, ecología, motivador, autoestima, sentido de pertenencia, etc. Apuesto a ésta práctica 100% incluyente. Felicitaciones por tu articulo y permítame compartirlo.

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    1. Hola Raúl, sigo tu proyecto y me encanta. Siento que todos los que creemos en este cambio de mentalidad vamos alineados en el mismo propósito, desde las trincheras particulares de lo que más nos apasiona (tú desde el ciclismo urbano, yo desde el branding). Últimamente con la escasez de unidades de transporte público y las larguísimas esperas en las paradas, he optado más por caminar mi ciudad (bueno, no es muy placentero que digamos a más de 40ºC con la pepa de sol), por lo que tengo entre mis planes a corto plazo comprarme una bicicleta. Maracaibo no es una ciudad nada amable con sus peatones ni con sus ciclistas, pero si uno no comienza a predicar con ejemplos concretos que otra cultura es posible y necesaria, esa nueva cultura nunca nacerá. Muchas Gracias por leerme y por ayudar a multiplicar, puedes compartir el artículo todas las veces que gustes.

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  4. El lunes 11 de abril tenemos un Foro en la Universidad de Carabobo "Hacía Ciudades Sustentables. Promocionamdo el Uso de la Bicicleta " . 8am. Sería un lujo tenerte aqui en Valencia pero si no haremos contacto a tiempo real si nos permite corpoelec hay muchos cortes de electricidad. Muchos y seguiré dofundiendo artículos como el tuyo.

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    1. Físicamente me es imposible pero virtualmente sí me encantaría. Cualquier cosa puedes contactarme al 04246751277.

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