Tres Raíces: Ottolina

En mi “árbol de tres raíces” tenía que estar un venezolano, no por el mero hecho de serlo (que de por sí ya le confiere grandeza), sino por la profundidad de su convicción y a la vez su manera tan llana de expresarla. Renny Ottolina es de aquellos hombres que aparecen de a uno por cada generación o por cada dos, y cuando llegan es para abrir radicalmente nuevos caminos.

Fue a todas luces un inquieto innovador. Buscaba darle a su público “siempre lo mejor y solo lo mejor”; por eso investigaba sin escatimar el tiempo que ello le tomara, presentaba a los más reconocidos artistas de la época, y no había formato en la televisión o en la radio que él no se empeñara en trabajar a la perfección, con su propio estilo. Esa ha sido la inspiración para que #DateAValer pula casi que obsesivamente los medios a través de los cuales propagamos nuestro ideal: Todos los días aprendemos a montar conferencias y talleres, a producir micros para radio, a redactar artículos y boletines, a manejar nuestras redes sociales, bajo la única condición de no remedar lo que todo el mundo hace, y facturar algo de altísima calidad.

Emprendedor libertario. Nunca sacrificó su autonomía creativa por un empleo de quince y último. Fue la forma que encontraron los dueños de las grandes televisoras de su tiempo para sacarlo del medio, eliminando la figura del “productor independiente” y obligando a quienes lo eran a integrar la nómina de esos canales. Aún más significativo, es que el prestigio de Renny elevó a figuras incipientes en cuyo talento creyó y a quienes supo brindarles la oportunidad de brillar. En su memoria, celebramos los logros de las marcas que capacitamos como los nuestros propios, y los proyectamos con la majestad que merecen.

Irreverente incorregible. Hablaba como quería, pues en sus propias palabras “a mí nadie me pasa el cheque por la nariz”. No lo hacía para levantar rating, sino para poner en su lugar a lo malo, al igual que exaltaba lo bueno. Ninguna marca está destinada a ser “monedita de oro”, y eso es un filtro eficaz que mantiene a raya a quienes se acercan para lisonjar pero sus principios no pegan con los de la marca.

Y sobre todo, amó a su patria como nadie. Renny se emocionaba recorriendo el país como ahora lo recorremos nosotros. Fue el primero en decirle a Venezuela que se diera a valer, recordándole el gigante dormido que es. Abriéndole los ojos a su pueblo, porque también era pueblo. Procurando que sus paisajes, su historia y sus valores fuesen conocidos para que en consecuencia fuesen queridos. Cumpliendo a cabalidad el rol esencial del comunicador (y tal vez era el único en cumplirlo con éxito): Educar, Informar y Entretener.

Sé que estoy dejando unos cuantos nombres por fuera. Sin embargo la huella, la personalidad, la valentía, la osadía de David Ogilvy, Steve Jobs y Renny Ottolina, son la huella, la personalidad, la valentía, la osadía de este proyecto didáctico. Es importante que sepas elegir muy bien tus “tres raíces”, que honres su legado, que tomes lo que les funcionó y escarmientes de lo que no. Pero ten en cuenta que si ellos siguieran vivos, probablemente sus métodos ya estarían caducos, aunque sus filosofías sean las que alientan y justifican la tuya.

Con cada acción que ejecutes desde hoy, piensa que serás una de las “tres raíces” de alguien más, y que el mundo que hoy visualizas tú, será el que ese alguien cristalice en tu nombre mañana. ¡Date a Valer!



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